La creatividad se encuentra allí donde menos la esperábamos...
Entre mitos, cuentos y leyendas que despiertan nuestra imaginación.
A través del efecto liberador de lecturas compartidas.
En las formas que aparecen al plegar papeles.
Al dejar que el agua coloreada exprese nuestras emociones.
Al escucharnos entonar una canción.
En la toma de conciencia de nuestro cuerpo que se expresa en movimientos.
Al perder el miedo a experimentar.
Al relacionarse de otra manera con los objetos, con el entorno, con nosotros mismos y con los demás.
Al dejar de hacer exclusivamente lo aprendido en la rutina diaria.
Al descubrir algo nuevo en lo viejo que uno hace.
Al abandonar el querer ser y hacer como otros.
Y sobre todo, al recuperar el goce del juego y la interacción positiva.
